Todos conocemos del caso de los nacionales Haitianos, pero han notado ustedes que además de venir a trabajar al país en los bateyes y las construcciones, ahora los amigos Haitianos se dedican a enamorar nuestras Doñas.
Para los estudiosos de la conducta humana, esto debe ser un caso de estudio, pues después del 12 de octubre del año aquel, todos estos fenómenos deben ser estudiados minuciosamente.
A propósito, quiero dejar muy claro que no tengo nada en contra de mis amigos los Haitianos y que por el contrario soy defensor de sus derechos como seres humanos que son.
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